La XXVI Subida a Estíbaliz rompió todos sus registros de participación en una edición en la que Gontzal Sanz y Raquel Llamas brillaron con luz propia. Ambos atletas dominaron la prueba de 15.550 metros que terminó con el corredor vitoriano logrando un tiempo estratosférico de 48 minutos y 59 segundos.
Gracias al buen tiempo que acompañó a Vitoria durante todo el día de ayer, 882 deportistas tomaron la salida en Armentia pasadas las 10.30 horas de la mañana, una cifra mucho más alta de la esperada por la organización, que tuvo que trabajar contrarreloj para solventar problemas en algunos puntos como los avituallamientos. Mientras tanto, en lo puramente deportivo, Gontzal Sanz se destacaba pocos segundos después de tomar la salida, abriendo cerca de un centenar de metros sobre su compañero de La Blanca Toñín Blanco, que lideraba a un cada vez más menguante grupo de perseguidores. Esa fue la tónica general de la carrera, con un paulatino y constante aumento de la ventaja para el líder, que entró a meta en solitario por delante de un destacado Blanco. Éste dejó a Miguel Ángel Valverde y a José Fernández disputarse el último cajón del podio al sprint, que en este caso cayó del lado del primero.
En la categoría femenina, Raquel Llamas y Laura García fueron las grandes protagonistas. Ambas comandaron la prueba durante el primer tercio de la misma, aunque fue la corredora del Oviedo Atlético la que rompió el dúo e impuso un ritmo endiablado para llegar destacada en solitario con un tiempo de 59.47. La tercera plaza fue para la compañera de García en el club La Blanca Gemma Pérez, que completó así labuena actuacíon del equipo vitoriano.
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