UN MALENTENDIDO EN LA SALIDA FRUSTRÓ SU CARRERA EN 2010, PERO ESTE AÑO LOS ATLETAS DE WUKRO VUELVEN CON ÁNIMOS RENOVADOS
SE llaman Abraha Milaw Asefa y Trihas Gebre Aunoon. El domingo corren la Behobia, y si no hay sorpresas, se subirán a lo más alto del podio en las categorías masculina y femenina respectivamente. Son etíopes y han volado a tierras guipuzcoanas junto a otros tres atletas: Hiwet Kahasu Mehari (la más joven del grupo), Maru Gebregziabher Gidey y Akebom Hadush Tesfay, que también participarán. Pero no busquen en ellos la típica y manida historia de los atletas africanos. No tenían que correr 15 kilómetros para ir al colegio; si acaso, dos o tres como mucho. Y aunque viven en Wukro, en el norte de Etiopía y cerca de la frontera con Eritrea, una zona en conflicto hasta hace bien poco, no viven marcados por la guerra. Simplemente son naturales de una región asolada por la pobreza y las enfermedades, que no es poco. Un motivo más que suficiente para que la Fundación Etiopía Utopía se los haya traído a Gipuzkoa por dos meses.
Por eso y porque en Wukro trabaja el misionero hernaniarra de los Padres Blancos de África Angel Olaran, y Etiopía Utopía se fundó hace dos años para asegurar la continuidad de toda esa labor que se está realizando en tierras africanas. Una de las actividades ha consistido en, tal y como ocurriera en 2010, promocionar el viaje de atletas de las escuelas de Wukro a tierras guipuzcoanas para que participen en las pruebas del calendario otoñal. La elección de corredores no se realiza únicamente por criterios deportivos (de hecho no son profesionales). Se buscan casos como el de Maru, que antes de regresar con sus compañeros a Etiopía el 30 de noviembre deberá someterse a una operación de oído, algo a lo que no tiene acceso en su país.
LA IDEA ERA ROTAR
2011, una excepción
Por eso la idea era, en un principio, rotar año a año e ir trayendo atletas diferentes cada otoño. En esta ocasión, en cambio, repiten tres de los cuatro que viajaron en 2010, Trihas, Maru y Akebom, y solo falta Tighi, que no ha querido volver a vivir la experiencia. Hiwet y Abraha, mientras, están aquí por primera vez. El caso es que si tres de ellos han regresado es porque se ha hecho una excepción, basada en lo que le ocurrió al elenco etíope en la última edición de la Behobia (de hecho es el propio Club Deportivo Fortuna quien les ha costeado el viaje). Un malentendido durante el calentamiento les obligó a tomar la salida con 40 minutos de retraso, y a correr sorteando constantemente atletas populares. Claro, a todos les quedó un sabor muy amargo, pese a que Akebom hizo 1h03:54, Maru 1h04:05 y Trihas 1h08:37 (segunda mejor marca femenina).
Acompañados por su entrenador Birhane Fanta, y por miembros de la fundación, los cinco atletas etíopes visitaron ayer el Aquarium donostiarra junto a NOTICIAS DE GIPUZKOA, con quien mantuvieron una charla 72 horas antes de la Behobia. Apenas hablan inglés y su timidez hace el resto, pero se hacen entender. Siempre y cuando no les preguntes por su edad… Ahí empiezan a discutir entre ellos en su idioma, y es un miembro de Etiopía Utopía el que te da explicaciones: “Se hacen bastante lío con el tema de los años. Luego miro sus pasaportes y te doy los datos”. Esas discusiones se convierten en silencios cuando se les pregunta quién va a ganar el domingo. “No sabemos”, asegura alguno en voz más que baja. El periodista les da pistas. “Me han dicho que tú (Abraha) y que tú (Trihas)”. Los dos ríen, pero no dicen nada.
El pronóstico parece fácil. Trihas, la chica, firmó un sobresaliente 1h08:37 en 2010 haciendo eslálom entre populares, y parece que este año llega en mucha mejor forma a la cita. Abraha, el chico, ha corrido un medio maratón en Etiopía en 1h01:45, una marca que le hace incluso optar al record de la Behobia. Eso, lógicamente, si supera los leves problemas físicos que arrastra. Dice que no hay problema, que corre seguro, pero lo cierto es que su cuerpo ha acusado los entrenamientos que, desde que llegara a Gipuzkoa en septiembre, ha realizado sobre asfalto. En su país, estos atletas solo corren sobre superficie dura dos días por semana. Por eso aquí buscan lugares como los parques de Aiete o Cristina Enea para ejercitarse, y por eso se han ido recientemente una semana a la sierra de Aralar, huyendo de la ciudad. Pero ni aún así han logrado evitar alguna que otra molestia.
A los otros tres atletas también cuesta arrancarles palabras, pero las sensaciones que transmiten son muy buenas. Hiwet, la otra chica, dice que se encuentra muy bien. Akebom confiesa que se ve capaz de parar el crono en una hora y un minuto. Y Maru, que solo tiene 21 años, se encuentra en una fase de su carrera en la que no para de mejorar. El año pasado debutó en un maratón en Donostia. No tenía claro si iba a terminar, y lo hizo en 2h22. Con unos segundos más o unos segundos menos en sus respectivas marcas, todos se merecen terminar la Behobia como en 2010. Con lágrimas… pero de alegría.
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